Geopolítica post-coronavirus: Psicopatología, Biopoder y Terror del Nuevo Orden Mundial o Los Nuevos Campos de Concentración en el Planeta Tierra

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Nota: Carlos Matute Ron – Periodista – Venezuela

Esta pandemia de la covid-19 tiene al menos, sin inmiscuir otros asuntos (los cuales se derivarán por la simple y llana razón de la lógica contra-intuitiva) un objetivo claro: reducir la población mundial. 

Este es nuestro punto de partida, no sólo el mío sino el de muchos que a esta hora tampoco se creen la mentira del virus proveniente de un murciélago;  de su segunda versión la cual afirma que fue un murciélago que mordió a un cerdo y lo infectó con el mortal virus; o la tercera, que dista de ser más estúpida aún: el coronavirus se contrajo vía humana por consumirse un pangolín, mamífero en vía de extinción por lo exótico que resulta en la gastronomía del capitalismo. Allí, nuevamente el llamamiento a objetar el núcleo central que conforma el ADN y ARN de este virus. Si ya de por sí el VIH es una enfermedad de laboratorio y el SARS también, ¿cómo ambos se unieron para formar una neumonía que se contagia de una manera tan efectiva y se vuelve mortal en pacientes con inmunodeficiencia? No quiero creer que somos tan estúpidos para no dudar que hay algo aquí que está mal.

Lo que ha venido siendo anunciado por autores como HG Wells (dato importante: miembro fundamental de la Sociedad Fabiana) en libros como La Guerra del Fin de los Mundos, El Nuevo Orden Mundial, La Conspiración Abierta entre otros,  o George Orwell en 1984 (gran fan del anterior y continuador de una metodología de dominio a través de la cultura) se está convirtiendo en realidad. Son los planes para las Guerras de una Nueva Fase Moderna del Imperio Británico. 

 Esto es la continuación de un Gran Plan Conspirativo de Control sobre la población, y que ha sido tema de conversa obligatorio en la Comisión Trilateral (Gobierno de Jimmy Carter, quien se ufana ahora de defensor de la democracia), el Consejo de Relaciones Exteriores, el grupo de conspiradores del Club Bilderberg (cualquiera que se reúna para hablar del bien común de la humanidad a escondidas, debe ser mirado con sospecha), los Jesuitas del Vaticano, etc., y más recientemente en el Foro Económico Mundial, por ello, debemos potenciar la claridad que se debe tener en las lógicas del pensamiento militar del común, sobre todo ahora que hablamos de la alianza cívico-militar, la guerra de todo el pueblo o una resistencia popular prolongada.

Esto es una guerra bacteriológica, tiene en sí al menos 8 elementos fundamentales a mi parecer que nos hace intuir las lógicas de Biopoder tan enunciadas por Michael Foucault y que operan en la psiquis colectiva en una nueva forma de articulación del poder, del saber y del sujeto.  

Algo nuevo, desconocido, inédito, hace aparición de manera global, sin permiso de nadie, y desde ese hecho se desarrolla una catástrofe que infunde un pánico generalizado, quebrando la subjetividad y las certezas que hasta ahora se tenían de libertad e individualidad, premisas fundamentales de infinitud del ser humano e intercambiadas por su radical negativo: la sumisión y la obediencia.

Esos 8 elementos cobran plena vigencia en lo que es evidentemente la caída del viejo mundo liberal que hasta ahora han manejado las mafias financieras globales, con su carga de antivalores orgánicas y que vienen trabajando la totalidad del Ser social: 

1)   Reducción de la población mundial a través del incremento del hambre y de enfermedades virales llevando al planeta Tierra a un nivel óptimo de mil millones de habitantes. El resto serán considerados inútiles (rebeldes, guerrilleros, pobres, gente sin posibilidad de estudiar).

2)  Desindustrialización de las economías locales, paso previo para poder desarrollar lo que        es la sociedad post-industrial. Ya no serán necesarias las industrias locales. Como consecuencia, endeudamiento público a través del desempleo, en tanto, los créditos del FMI apalancan la deuda de estos países y estos a su vez se continúan endeudando hasta que estalla la burbuja financiera, controlando así los territorios.

3) Eliminación del dinero físico, diversificando las formas de intercambio comercial, instaurando nuevos tipos de moneda como la bitcoin (ya Wall Street no será necesario), impulsando una nueva banca mundial.

4) Abolición de la soberanía de los países, destruyendo la lógica de los estado-nación. No tener una contra-hegemonía que haga peso a este Plan. Sin contrapeso ideológico el camino queda libre para la maquina financista fascista. 

5) Colocación de microchips para controlar los movimientos del ciudadano común, en lo que sería conocido como nuevas colonias de un planeta tierra convertido en cárcel. Así y junto a la caracterización del ser en reconocimiento electrónico, todos nuestros movimientos estarán siendo monitoreados vía ip.

6) Control global instaurando un Gobierno Mundial con sede en el Instituto John Hopkins en los Estados Unidos, financiado por Bill Gates, la Reina Isabel de Inglaterra y su marido Felipe (el mismo que afirma que de morir quiere retornar en un virus mortal que azote la humanidad).

7) Control de la educación y del desarrollo científico y tecnológico, incapacitando las áreas del pensamiento a que puedan instruirse a la posteridad y formar pensamiento crítico. Es decir, la supresión sistemática de la actividad creativa del ser humano, fomentando la mediocridad moral e intelectual.

8) Avanzar en pasos agigantados al Transhumanismo, nueva forma de inmortalidad no para el ser humano individual sino para la especie humana como colectivo, o para la élite, mejor dicho, preparando la conquista espacial, primero de la Luna y del oro lunar conocido como Helio-3, y en unas décadas más, la conquista de Marte. Esto quiere decir, un salto cualitativo a las hasta ahora conocidas formas de ver y entender la tecnología. En este sentido, para nada somos conscientes de los descubrimientos que se llevan a cabo con respecto a la tecnología.

Todos estos 8 pasos están siendo dados en una magnifica cortina de humo llamada coronavirus covid-19, que sí es real, que sí mata y que sí parte de un gran plan de conspiración militar para deshacerse de gobiernos incómodos (China, Irán, Rusia: los coloco en este orden porque en ese orden se dio el inicio del brote del coronavirus en esa tríada ); para destruir los aparatos productivos de los países en vías de desarrollo y que ya no puedan competir a la tecnología que ya ésta élite ha desarrollado; negar todo contacto físico a los ciudadanos, principalmente al futuro de la humanidad, es decir, los niños y jóvenes, aislándolos en sus hogares, donde luego de haber sustraído buena parte del material bibliográfico en físico por la imposición de la global network o redes sociales, no contarán con una formación integral del ser y la razón; creando el miedo y la zozobra al dinero físico al sospechar el usuario común de que este papel moneda podría portar el mortal virus. El control de la psicología de masas del fascismo opera gradualmente. Esto ya lo sabía Wilhelm Reich. 

Tras estos previos pasos podrán desarrollar de espaldas a la humanidad que está confinada en sus reducidos espacios hogareños transversados por la angustia, el pánico y la psicosis de un futuro inmediato incierto lo que han venido trabajando desde estos laboratorios psicosociales de experimentos. Ya ha sido de hecho cantada la segunda parte magistral de este plan. 

II

La carrera espacial por los recursos de La Luna fue anunciada a principios de abril por los Estados Unidos, quienes firmaron la orden ejecutiva para privatizar nuestro satélite y dar inicio a esta carrera post-terrícola. Al día siguiente el Kremlin les respondió contundentemente: La Luna y otras formas celestes son propiedad común, no tienen dueño específico. Los sueños de Julio Verne se han hecho realidad.

Esto viene a colación por ese magnífico isótopo que se encontró en la superficie lunar y que se halla en otros cuerpos celestes: el helio-3, lo cual no es otra cosa que un nuevo combustible que sirve para la fisión nuclear mucho más potente de los hasta ahora conocidos. De allí la conquista del espacio sea parte del plan paralelo que se prepara en este mundo post-coronavirus y que ya tiene a varias naciones haciendo jugadas magistrales en su economía-política. Otros, conteniendo la amenaza que se cierne sobre el humano.

Como podemos ver, esto se trata de la imposición de un nuevo modelo fascista que tiene sus orígenes en las ideas de Bertrand Russell, HG Wells, Cecil Rhodes, etc., donde todos seremos parte de una gran aldea global, siendo esclavizados por una élite gobernante financiada por el Imperio Británico y sus acólitos de las Mafias Venecianas: los Frescobaldi, los Doria, los Orsini, los Paravisini, los Agnelli, quienes han estado detrás del robo de Oro en países como Libia, Afganistán e Irak, en los últimos años, a través de operadores militares como la OTAN y los EEUU, científicos que controlan la natalidad a través de la eutanasia, las plagas y pandemias, imponiendo vacunas a la población a través de la misma OMS, y financistas como George Soros, que promueve revoluciones de colores, invirtiendo dinero en ONG’S que impulsan una agenda global de falsas ideas revolucionarias. En ese sentido, el coronavirus covid-19 ha sido una jugada sumamente arriesgada del sector liberal financiero quienes creen en el desarrollo de la Teoría del Caos para que caiga todo y desde ese gran devaste que quede reordenar a su antojo el planeta tierra. 

Tener claro la verticalidad de este orden global implica poder sintetizar los amos del poder en un esquema fundamental que tiene su punto de inicio en el territorio Jázaro (actual Kazakstán); sus migraciones a raíz de la expulsión que les hiciera la familia Real de Rusia (los Zares) de allí rumbo a Italia; y desde Venecia (donde instauran los primeros bancos conocidos en la historia de la humanidad y que actualmente aún funcionan)  hacia Holanda, Alemania, Inglaterra y Suiza, construyendo una compleja red bancaria por medio del control imperial. De allí que podemos acotar que incluso hitos históricos como el sucedido el 12 de Octubre de 1.492 ya habían sido planeados por esta casta de aristócratas que sólo han visto al ser humano como esclavos o ratas de laboratorio de su gran experimento social.

Debe quedarnos claro que para esta élite, el ser humano representa un enemigo, una plaga de animales que consumen y contaminan el planeta tierra. Así nos ven; como pisatarios de territorios donde nos colocan fabricas para trabajar y potencian niveles de desarrollo tecnológico mínimos para que podamos sostener pequeños modelos societarios, que no nos permitan mayores libertades políticas ni militares, creyendo nosotros que vamos en el camino correcto de la nueva revolución industrial.

Es decir, somos usados a través de dispositivos que ellos han dispuesto en toda la historia para conducirnos gradualmente a estadios de desarrollo donde y en este punto crucial del planeta tierra ya no somos necesarios, al menos para ellos. 

Y no somos necesarios porque las reservas naturales del planeta Tierra tocaron límite, llegaron a su techo. Son varios países que ya se han quedado sin agua y cada vez más naciones empiezan a sufrir estos flagelos. Los pocos recursos que quedan serán manejados por estos grupos de poder, de allí que deberán erosionar las soberanías de los Estado-Nación como Venezuela, Siria, Rusia, Irán, China, etc., que tienen como elementos comunes varias cosas: a) posiciones geográficas envidiables; b) reservas de recursos naturales (petróleo, agua, gas, litio, coltán, diamantes, oro); pero principalmente el convencimiento de una doctrina que va más allá de lo ideológico y que se concreta en la pragmática del Humanismo, elemento más elevado aún que la Ideología, siendo la contraparte de este sistema financiero global que impone la muerte del ser humano, el caos social a través del estipendio de la sociedad de masas y la destrucción de la naturaleza. Es decir, tanto Venezuela como Rusia, China, Siria e Irán tienen un conjunto de valores humanos que son la ética que se contrapone a estos maleantes de vieja data y que, señores, en estos momentos de pandemia global son los que han demostrado junto a Cuba (esa hermosa flor que desde el Caribe irradia belleza en tanto solidaridad) el verdadero poder del amor y el bien común cuando los países poderosos se han lavado las manos y cerrado sus fronteras. 

Vale solo decir el odio recíproco, por no decir otra cosa, que se profesan a estas alturas los países miembro de la Unión Europea, los mismos que le dieron la espalda a Grecia para salvarla de la crisis económica y que prefirieron que se desprendiera de varias islas, terrofagiando lo que fue la cuna de la sabiduría antigua (cosa que cobraba certezas del odio que le tienen estas elites financieras a la concreción de La República de Platón con la necesidad de controlar el Mediterráneo para poder hacer más fuerza de cuña en Siria y así abrirse paso hasta el Medio Oriente para controlar los recursos por medio de la atomización secular), así como el asco que les dio la quebrada España (país inútil para las necesidades de la UE por su alta tasa de desempleo, su cero desarrollo tecnológico y su gran capacidad de importar todo lo que se consume) y la envidia de una Italia que se cansó de las directrices del Vaticano en su intento por volver a ser el Imperio Romano, acercándose a China para promover la Ruta de la Seda. Así, nada en la geografía política de la Covid-19 ha sido casual, y mucho menos lo será a partir de ahora.

III

Las coincidencias parciales que giran en torno al coronavirus parten de un lugar común en toda esta historia: el convencimiento que tienen estos señores que dicen representar a los salvadores de la humanidad de que el humano promedio es un perfecto imbécil. Así, y orgánicamente colocan en la mesa esta pregunta: ¿Qué grado de realidad tiene la sociedad contemporánea? Los lobbies militares globales lo saben. El papel protagonista de nosotros en esta nueva etapa que se abre en el sistema económico político global será un cero a la izquierda sólo si no entendemos que esto ha sido parte de una gran trama para salvaguardar intereses de bien común entre las familias que aún se reconocen aristócratas y se autoerigen como salvaguardas del planeta. Nunca antes tanto odio por la humanidad había sido planteado tan abiertamente en la historia de las naciones. Adolfo Hitler queda disminuido ante estos señores que superan cualquier grado de maldad. Estas implicaciones van más allá del nazismo, pero se posicionan en el fascismo. 

Así, y lo que es certeza lo hacen duda y con el tiempo lo convierten en penumbra. 

Los puntos más recientes de partida datan del 11 septiembre del 2001 en el auto-atentado de Las Torres Gemelas del World Trade Center. El lobby sionista Israelí la volvió a hacer: esta vez quiso expandir el pánico en términos globales. El terrorismo como imposición de la teoría del caos en la reubicación de la satisfacción pulsional de un sistema que se sabe muerto pero que se arriesga hasta el final so pena de perderlo todo, incluso la vida. Recapitulemos aquellas palabras frente al espejo que dijo George Bush Hijo tras haberse creado la Ley Patriota: la guerra contra el terrorismo no tendrá fin mientras vivamos. Un harakiri mortal.

El expresidente de Venezuela, Hugo Chávez Frías anunciaba, a la par de esta realidad holográfica que vivimos dos puntos fundamentales que son parte neurálgica de cualquier análisis sobre el mundo post-coronavirus. El mundo unipolar, controlado por esta vanguardia satanista que ya ha iniciado su carrera vertiginosa por instaurar su nuevo modelo post-neoliberal o el mundo multi o pluripolar, donde bloques regionales de poder puedan generar una nueva propuesta de gobiernos,  basada en el respeto a las soberanías, el bien común  y el intercambio comercial de alimentos y tecnología. Para ello, será necesario e indispensable construir un modelo sólido y coherente de País y de Región. 

Latinoamérica cuenta con varias cosas a su favor para participar en un futuro no muy lejano como vanguardia política en el nuevo orden global. Tiene elementos claves: territorio con diversidad de recursos, población disponible para el mercado laboral, corredores tierra-mar para satisfacer demandas. 

Es probable que el concepto de Patria Grande de Bolívar, el único que hay en el continente, deba ser actualizado. Ya es una instancia de la cual tomarse para iniciar labor. Para ello, cada país deberá colocar a su disposición del bien común recursos energéticos, militares, de inteligencia, económicos, etc., amparados bajo una misma bandera de pensamiento histórico, doctrina militar común e ideología de masas en defensa de lo regional. Eso pasaría primero por un verdadero acto de fe de los gobiernos de Latinoamérica, muchos de ellos tendientes al globalismo liberal por el mero acto de enriquecerse a través de créditos del FMI y el BM empobreciendo a sus países. Si hay proyecto común continental habrá futuro para los ciudadanos de Nuestra América.

Y queda para la historia aquél famoso discurso del expresidente venezolano, Hugo Chávez Frías, en Copenhague en el año 2009, en medio de la 15ª conferencia de la ONU sobre el cambio climático: “Yo quiero con respeto pero desde mi alma exhortar a nombre de muchos en este planeta, exhortamos, a los gobiernos y a los pueblos de la tierra, parafraseando a  Bolívar, si la naturaleza destructiva del capitalismo se opone, pues luchemos contra ella y hagamos que nos obedezca, no esperemos de brazos cruzados a la muerte de la humanidad, la historia nos llama a la unión y a la lucha. Si el capitalismo se resiste, nosotros estamos obligados a dar la batalla contra el capitalismo y abrir el camino por la salvación de la especie humana (…), si no lo hiciéramos la más maravillosa creación del universo, el ser humano, desaparecerá”. 

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Foto: .tekcrispy.com

Los articulos del diario La Humanidad son expresamente responsabilidad del o los periodistas que los escriben.

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